lunes, 19 de noviembre de 2007

Canción del Pasado VII

Dedicaron tiempo a dar los correspondientes ritos a los fallecidos y continuar su trayecto. No hubo más incidentes durante el viaje y finalmente llegaron a Nuln. Se separó, con abrazos y promesas de cerveza, de sus compañeros y buscó la dirección. Tras muchas vueltas la halló finalmente, el lugar era una mansión bien cuidada de aspecto adinerado. Llamó y preguntó por su padre, le hicieron pasar con rostros serios, conduciéndole hasta una habitación lujosa. Allí, tendido en una cama, se hallaba demacrado y pálido el cuerpo yaciente de su progenitor. Respiraba lentamente y con dificultad, el doctor, un humano negó con la cabeza al verle. Apretando los dientes se acercó junto a su padre. Este abrió ligeramente los ojos, como sintiéndole y le aferró con fuerza la mano. Los dejaron a solas y entonces, su padre, le habló con premura.


Kurvar-“Hijo mío, estoy orgulloso de ti, me fui de nuestro hogar en busca de una reliquia perdida. He dedicado muchos esfuerzos y tiempo en ello, pero sufrí un asalto en una casa abandonada a las afueras, unos humanos con túnicas negras, no pudieron arrebatarme el pergamino. Apenas me quedan fuerzas, júrame que seguirás lo que yo empecé y prométeme, jura solemnemente que no descansarás hasta haberlo conseguido”


Sabiendo que aquella era la última voluntad de mi padre y que estaba en juego una reliquia perdida de nuestro pueblo, grave como correspondía a la situación y con el corazón y el alma puestos, juré dedicarme y me comprometí por entero a aquella empresa. Sólo la muerte me apartaría de esa noble meta. Como si aquello fuera la única razón para haber permanecido con vida, le hizo entrega del pergamino y con esa misma sonrisa que le vio de pequeño, cuando mató a aquél escuchimizado goblin abandonó este mundo para reunirse a nuestros ancestros. Guardé el pergamino y asistí a su funeral, no fueron pocos los que asistieron y bebí cerveza a su salud. Luego viajé de vuelta para pedir audiencia al rey, allí, en el salón del trono, expuse mis motivos, mi juramento y razones. Debido a ello, y a que estaba en juego una reliquia se me concedió permiso para entregarme a aquella tarea. Juré que si hallaba la reliquia volvería para entregarla a sus manos y tras despedirme debidamente comencé aquella titánica tarea que había cargado sobre mis hombros…





(Continuará...)

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